lunes, 19 de abril de 2010

MIRA A JESÚS CRUCIFICADO...


Mirarán al que traspasaron”... (Jn 19,37).

Hoy, Viernes Santo, en esta tarde santa, miro tu cruz levantada en el monte...
En silencio adoro tu ofrenda al Padre...Tus brazos extendidos abrazando a todos...
Tu cabeza inclinada, abandonada en las manos del Padre...
Tu rostro de Siervo sufriente, ha quedado desfigurado...
Tu costado abierto, ha regado la tierra con sangre y agua...
Lo has dado todo y te has quedado abierto, pobre y pequeño...
Me amas sin lógica, sin medida, sin buscar nada a cambio...
Me amas, porque lo tuyo es amor fiel...
Te miro y te veo humano, muy humano...
Tu humanidad me sobrecoge...
Tu amor mezclado en ese misterio de iniquidad, me deja sin palabra...

ACÉRCATE A LOS CRUCIFICADOS...
“Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños,
a mí me lo hicisteis”... (Mt 25, 40).
Hoy, Viernes Santo, en esta tarde santa, me acerco a los crucificados de la humanidad...
Pongo ante mí, Jesús crucificado, los relatos de los pobres,
que desde la cruz del sufrimiento cotidiano, anhelan vivir...
Quiero guardar en mi memoria, las imágenes de las víctimas,
con su mirada asustada, desprotegida ante la violencia...
Tengo que llevar conmigo, rostros de mujeres maltratadas,
de niños y niñas esclavos, siempre explotados...
No puedo estar al margen, de los que no
tienen voz, ni dignidad, ni techo, ni pan...
Aunque no me guste, quiero mirar esta tarde,
a los condenados a muerte por el hambre, el sida,
las drogas, los campos de refugiados, las cárceles, las pateras, los hospitales...
Quiero pasar por mi corazón endurecido, lugares y situaciones de desamor...
No puedo adorar tu Cruz,
sin ver en ella a todos ellos...

RESPONDE CON AMOR...

“De verdad os digo, que esta viuda pobre ha echado más que todos”... (Lc 21,3).
¿Compasión?... ¿Rabia?... ¿Qué me brota ante la Cruz?... ¿Protesta fuerte y clara?...
¿Palabras que secan mi garganta?... ¿Qué nace en mí ante los crucificados?...
¿Gritos silenciosos?... ¿Silencios cómplices?... ¿Qué agua brota de mi manantial?...
Ante tu Cruz me pregunto: ¿qué es lo que yo he hecho por Ti?... ¿acaso te he dado algo?...
¿Y si en mi corazón, seco y vacío, me brotara esta tarde el amor como un río?...
Me arrodillaría y besaría, llorando, tu Cruz...

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