Hoy (14 julio) se dio a conocer que el Papa Benedicto XVI decidió que el tema para la próxima Jornada Mundial de la Paz que se celebrará el 1 de enero de 2011 será "Libertad religiosa, vía para la paz".
En el texto dado a conocer hoy se señala que "la jornada pondrá el acento sobre el tema de la libertad religiosa. Ello, mientras en el mundo se registran diversas formas de limitación o de negación de la libertad religiosa, de discriminación y marginación basadas en la religión, llevadas hasta la persecución y la violencia en contra de las minorías religiosas".
"La libertad religiosa por tanto es auténticamente tal cuando es coherente con la búsqueda de la verdad y con la verdad del ser humano. Esto nos ofrece un criterio fundamental para el discernimiento del fenómeno religioso y de sus manifestaciones. Nos permite, en efecto, excluir la ‘religiosidad’ del fundamentalismo, de la manipulación y de la instrumentalización de la verdad y de la verdad del ser humano. Así que todo lo que se opone a la dignidad del ser humano se opone a la búsqueda de la verdad, y no puede ser considerado como libertad religiosa". La nota recuerda lo dicho por el Papa Benedicto XVI ante la Asamblea General de las Naciones Unidas: "los derechos humanos deben incluir el derecho a la libertad religiosa, entendido como expresión de una dimensión que es al mismo tiempo individual y comunitaria, una visión que manifiesta la unidad de la persona, aun distinguiendo claramente entre la dimensión de ciudadano y la de creyente". "Actualmente son muchas las áreas del mundo en las que persisten formas de limitación a la libertad religiosa, ya sea donde las comunidades de creyentes son una minoría, como donde las comunidades de creyentes no son una minoría y sufren también formas más sofisticadas de discriminación y marginación, en el plano cultural y de participación en la vida pública civil y política".
"Es inconcebible –resaltó el Santo Padre–, que los creyentes tengan que suprimir una parte de sí mismos –su fe– para ser ciudadanos activos. Nunca debería ser necesario renegar de Dios para poder gozar de los propios derechos. Los derechos asociados con la religión necesitan protección, sobre todo si se los considera en conflicto con la ideología secular predominante o con posiciones de una mayoría religiosa de naturaleza exclusiva".
El comunicado concluye subrayando que "el ser humano no puede ser fragmentado, dividido por aquello que cree, porque aquello en lo que cree tiene un impacto sobre su vida y sobre su persona".
"El rechazo a reconocer la contribución a la sociedad que está enraizada en la dimensión religiosa y en la búsqueda del Absoluto –expresión por su propia naturaleza de la comunión entre personas– privilegiaría efectivamente un planteamiento individualista y fragmentaría la unidad de la persona. Por ello: ‘Libertad religiosa, vía para la paz’".
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