viernes, 3 de septiembre de 2010

La Iglesia, la “novia” de Cristo.

Una gran importancia tuvo en la vida y en la actividad del apóstol Pablo la comunidad cristiana de Corinto, Pablo fundó esa comunidad y permaneció en ella durante año y medio, haciendo crecer rápidamente la fe cristiana entre la gente oprimida y desesperanzada, entre los numerosos esclavos que había en la ciudad.

La actividad apostólica, la que Pablo defiende con tanta energia en los tres ultimos capitulos de la segunda carta a Cirintios, va totalmente en beneficio de la Iglesia. El tono literario agitado que mueve a Pablo a expresar toda la verdad tal como la siente nos ofrece visiones interesantes sobre el ideal de Iglesia que desea.

Pablo reacciona en términos enérgicos, porque sus adversarios han tocado a su comunidad. Es el amor a ésta lo que le obliga a hablar así: "Tengo celos divinos de vosotros, porque os he desposado con un solo marido, os he presentado a Cristo como una virgen pura" (2Cor 11,2).

Pone su amor a la comunidad al nivel del de Dios. Movido por este amor celoso, Pablo quiere que la comunidad corresponda a las exigencias de Cristo, como una virgen pura a la del hombre que ama. A lo largo de su exposición, Pablo precisa esta imagen de forma más concreta: "Poneos vosotros mismos a prueba. ¿No reconocéis que Jesucristo está en vosotros?" (2Cor 13,5).

La comunidad tiene que hacer transparente, en toda su conducta, la presencia de Cristo, a quien ella pertenece por completo.

¿De que manera contribuyo para que esto sea posible en mi comunidad?

Fuente: www.mercaba.org

No hay comentarios:

Publicar un comentario