
"BUENA NUEVA" PASTORAL DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL Instrumento de Formación e Información
lunes, 31 de mayo de 2010
LA VOZ DEL PAPA

El Señor es nuestra alegría

El día de hoy, nuestra Madre Iglesia nos convoca a celebrar el gozoso acontecimiento de la irrupción del Espíritu Santo en su vida, quien la capacita para ejercer el don de la sagrada Reconciliación, conferido por el Resucitado (Jn 20, 19-23).
La alegre realidad pascual
El miedo causaba estragos en la comunidad, manteniéndola aislada, cuando Jesús, el Señor de la Vida, visitó a los suyos y les ofreció su paz, lo cual provocó una inmensa alegría: “Al anochecer del día de la Resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: ‘La paz esté con ustedes’. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría” (vv. 19-20). Las heridas de Jesús se convierten, así, en sus señas de identidad. El evangelista quiere dejar fuera de toda duda que el Resucitado es el mismo que murió en la Cruz y ahora se presenta triunfante (compárese Hch 10, 37-41). Al ver al Señor, aquel paralizador miedo se transformó en esperanzadora alegría, capaz de dilatar el mundo y activar dinamismos dormidos, por ser el sentimiento básico de la realidad pascual.
Mensajeros de la paz
Después de que el Señor los fortaleció con su presencia, los invitó a participar en la misión conferida por el Padre: “De nuevo les dijo Jesús: ‘La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío Yo’” (v. 21). La paz de Jesús no es igual a la ofrecida por el mundo (véase Jn 14, 27). De acuerdo a la concepción jurídica judía, el enviado de una persona es como si fuera ella misma: “Quien a vosotros recibe, a Mí me recibe, y quien me recibe a Mí, recibe a Aquél que me ha enviado” (Mt 10, 40). Ello significa que el enviado representa a quien envía y, por tanto, comparte sus poderes. San Juan enlaza, con la aparición pascual del Viviente, el acto fundacional de la Santa Iglesia, cuya misión parte de la voluntad del Señor y tiene por objeto comunicar al mundo entero la paz lograda por Él.
Testigos de la reconciliación
Jesús, entonces, “sopló sobre ellos y les dijo: ‘Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar’” (vv. 22-23). La acción salvadora de la Muerte y Resurrección de Cristo se realiza por el Espíritu Santo. Con la comunicación del Espíritu Santo se nos participa un nuevo comienzo, que tendrá como misión primordial dar testimonio de la reconciliación operada por el Señor Jesús, quien se constituye en el fundamento de la paz y de la alegría de la comunidad que es la Santa Iglesia, de la cual tenemos la gracia, el honor y, sobre todo, la dicha de formar parte: “¡Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría!”.
miércoles, 26 de mayo de 2010
NOTICIAS IMPORTANTES
(Sábado15 de Mayo)



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UNA OBRA DE CARIDAD

PALABRA DEL DOMINGO (Ascensión del Señor)
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En el nombre de Jesús
El relato precisa que ha llegado el momento en que los discípulos, fieles testigos, deberán predicar la obra salvadora en el nombre de Jesús, a través del mundo entero: “Jesús se apareció a sus discípulos y les dijo: ‘Está escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día, y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones, comenzando por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de esto” (vv. 46-48).
Cuando en las Sagradas Escrituras se habla del “nombre” de Jesús, se refiere a su Persona, a su providente presencia, en la que se concreta nuestra salvación. Así lo afirma Pedro: “Porque no hay bajo el Cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos” (Hch 4, 12).
La promesa de Jesús
El Señor ofreció a los suyos el don del Espíritu Santo para que pudieran dar testimonio de su mensaje salvífico: “Les voy a enviar al que mi Padre les prometió” (v. 49). El evangelista explica que el tiempo de Jesús comenzó en virtud “de las entrañas de misericordia de nuestro Dios, que harán que nos visite una Luz de lo alto” (Lc 1, 78). Y el tiempo de la Iglesia inicia ahora, justo al recibir esa “fuerza de lo alto” (v. 49; compárese Hch 1, 8).
Esta nueva presencia transformó la vida de los discípulos, manifestándose como realidad y signo. La venida del Santo Espíritu será realidad eficaz, pero también signo del poder de Jesús. El evangelista explicita así la terminación de una página de la Historia de la Salvación, dando inicio a otra: “Después salió con ellos fuera de la ciudad, hacia un lugar cercano a Betania; levantando las manos, los bendijo, y mientras los bendecía, se fue apartando de ellos y elevándose al cielo. Ellos, después de adorarlo, regresaron a Jerusalén, llenos de gozo, y permanecieron constantemente en el templo, alabando a Dios” (vv. 50-53). Es el tiempo de la Iglesia.
Desear con el deseo de Dios
Lucas, fiel a su proyecto teológico, cierra con una inclusión. Si el Antiguo Testamento había concluido con la oración de un sacerdote en el templo: “El ángel le dijo: ‘No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien pondrás por nombre Juan” (1, 13), ahora, también en un clima de ferviente oración y en el templo, comienza la nueva etapa de la Iglesia, que espera, confiada, la Promesa del Señor: “Permanecieron constantemente en el templo, alabando a Dios” (v. 53).
martes, 25 de mayo de 2010
REFLEXIÓN - DESIDERATA
Que lindo es Sentir a Dios, Ojalá El Señor se manifieste mostrando su poder en Este mundo.
domingo, 23 de mayo de 2010
Cuarenta días después de Pascua, ASCENSIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

viernes, 21 de mayo de 2010
Quien tuviera la dicha - Cancion para mamá - Día de la madre
Como madres debemos sentirnos honradas, como hijos nos sentimos estremecidos por compartir nuestros sentimientos de gratitud hacia una madre.Y como mujeres admiramos a cada una de ellas que son madres. Aquien no le gustaria brindarle esta cancion en su dia.
jueves, 20 de mayo de 2010
PARABOLA DEL ACUEDUCTO
miércoles, 19 de mayo de 2010
EN EL DÍA DE LA MADRE...
Una vez terminadas las eucaristías dominicales, se homenajeó a todas las madres presentes, Sortendo sendas canastas especialmente preparadas por los grupos pastorales y hermandades de nuestar comunidad parroquial.
sábado, 15 de mayo de 2010
NO ESTOY AQUI...QUE SOY TU MADRE!!!

viernes, 14 de mayo de 2010
MAYO, MES DE MARÍA (II)

Por otro lado, todos saben que este mes es el ideal para estar al aire libre, rodeado de la belleza natural de nuestros campos. Precisamente por esto, porque todo lo que nos rodea nos debe recordar a nuestro Creador, este mes se lo dedicamos a la más delicada de todas sus creaturas: la santísima Virgen María, alma delicada que ofreció su vida al cuidado y servicio de Jesucristo, nuestro redentor.
Celebremos, invitando a nuestras fiestas a María, nuestra dulce madre del Cielo.
¿Qué se acostumbra hacer este mes?
Ofrecimiento de flores a la Virgen.
Este es el mejor regalo que podemos hacerle a la Virgen. Regalar flores es una manera que tenemos las personas para decirle a alguien que la queremos mucho. A la Virgen le gusta que le llevemos flores y, también, si se puede, le podemos cantar sus canciones preferidas…
Para dar mayor solemnidad al Ofrecimiento, los niños pueden ir vestidos de blanco, símbolo de pureza.
Reflexionar en los principales misterios de la vida de María.
Reflexionar implica hacer un esfuerzo con la mente, la imaginación y, también, con el corazón, para profundizar en las virtudes que la Virgen vivió a lo largo de su vida. Podemos meditar en cómo María se comportó, por ejemplo, durante:
-la Anunciación
-la Visita a su prima Isabel
-el Nacimiento de Cristo
-la Presentación del Niño Jesús en el templo
-el Niño Jesús perdido y hallado en el templo
-las Bodas de Caná
-María al pie de la cruz.
Recordar las apariciones de la Virgen.
En Fátima, Portugal; en Lourdes, Francia y en el Tepeyac, México (La Guadalupe) la Virgen entrega diversos mensajes, todos relacionados con el amor que Ella nos tiene a nosotros, sus hijos.
Meditar en los cuatro dogmas acerca de la Virgen María que son:
2. Su maternidad divina: La Virgen María es verdadera madre humana de Jesucristo, el hijo de Dios.
3. Su perpetua virginidad: María concibió por obra del Espíritu Santo, por lo que siempre permaneció virgen.
4. Su asunción a los cielos: La Virgen María, al final de su vida, fue subida en cuerpo y alma al Cielo.
Reflexionar en las principales virtudes de la Virgen María.
María era una mujer de profunda vida de oración, vivía siempre cerca de Dios. Era una mujer humilde, es decir, sencilla; era generosa, se olvidaba de sí misma para darse a los demás; tenía gran caridad, amaba y ayudaba a todos por igual; era servicial, atendía a José y a Jesús con amor; vivía con alegría; era paciente con su familia; sabía aceptar la voluntad de Dios en su vida.
Vivir una devoción real y verdadera a María.
Se trata de que nos esforcemos por vivir como hijos suyos. Esto significa:
Mirar a María como a una madre: Platicarle todo lo que nos pasa: lo bueno y lo malo. Saber acudir a ella en todo momento.
Demostrarle nuestro cariño: Hacer lo que ella espera de nosotros y recordarla a lo largo del día.
Confiar plenamente en ella: Todas las gracias que Jesús nos da, pasan por las manos de María, y es ella quien intercede ante su Hijo por nuestras dificultades.
Imitar sus virtudes: Esta es la mejor manera de demostrarle nuestro amor.
Rezar en familia las oraciones especialmente dedicadas a María.
La Iglesia nos ofrece bellas oraciones como la del Ángelus (que se acostumbra a rezar a mediodía), el Regina Caeli, la Consagración a María y el Rosario.
Varias oraciones Marianas
Cantar las canciones dedicadas a María
Que nos ayudan a recordar el inmenso amor de nuestra madre a nosotros, sus hijos
Treinta días de oración a la Reina del Cielo
lunes, 10 de mayo de 2010
Mensaje de Benedicto XVI para a Jornada Mundial de la juventud en Roma!!

sábado, 8 de mayo de 2010
V Domingo de Pascua: Test del amor
Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado; y por este amor reconocerán todos que ustedes son mis discípulos”. (Jn 13,31-33. 34-35).
Ámbar
Apenas los turistas descienden de sus autobuses se ven invadidos de una nube de vendedores que presentan sus productos, que ofrecen, tientan y casi obligan a que les lleven “una su mercancía”. Indudablemente que entre las más preciadas aparece el ámbar, como tesoro de Chiapas y como piedra preciosa que se convierte en presente obligado como recuerdo del viaje. Inmediatamente se acerca alguien diciendo como quien sabe “Mire, el ámbar es la única piedra preciosa de origen vegetal. Se forma de una resina de algunos árboles que datan de hace 25 a 40 millones de años y que con el tiempo sufrió un proceso de fosilización formando masas irregulares y extensas dentro de los estratos de arenisca y pizarras arcillosas de la edad terciaria… Éste es el auténtico, mire, usted lo puede comprobar…”. Y los astutos vendedores tanto de la calle como de algunos locales comerciales, ofrecen como auténtico ámbar simulaciones plásticas o de vidrio, artificiosamente elaboradas, con su “insecto incluido”, empotradas en bellas composiciones ¡de alambre! Y todo por unos cuantos pesos, pero es difícil a primera vista distinguir el ámbar falso. El verdadero ámbar es caro porque ha requerido millones de años en la oscuridad de la tierra, y claro que algunas piezas han atrapado y conservado algún pequeño insecto que ahora es estudiado y valorado por su antigüedad. Sí, igual que es difícil distinguir el verdadero amor.
Palabras últimas
En la última cena, en la cena de despedida, donde se abre el corazón y se dejan los encargos más urgentes, donde cada palabra es importante, Cristo nos da el último encargo: amar. Pero con verdadero amor. Como sucede con el ámbar también sucede con el amor: hay mercaderes de amor que salen a las calles, que ofrecen baratijas, que lo adornan o disimulan con contenidos falsos, que lo enredan en escaparates atractivos y lo ofrecen al mejor postor. Hay falsos amores que atraen y engañan, que encandilan. Pero el verdadero amor no es de momentos y ni de alucinaciones, sino de compromiso, de entrega. Así como el ámbar requiere el silencio y el tiempo para llegar a ser una piedra de valor, también el verdadero amor requiere del silencio, de la entrega y del tiempo para adquirir su verdadero valor. Los cristianos hemos hablado mucho de amor. Pero no siempre hemos acertado o no nos hemos atrevido a darle su verdadero contenido práctico a partir de las actitudes concretas de Jesús. Los cristianos no nos debemos cansar de insistir en que el amor fraterno es el verdadero test para descubrir la autenticidad de una comunidad que quiere ser la de Jesús.
Un encargo
El verdadero amor sobrevive a las dificultades más graves y a las oposiciones más hostiles. Hoy Jesús nos da el ejemplo: nos habla de su amor cuando acaba de vivir un momento de traición y está a punto de vivir el abandono de sus amigos. Entonces es cuando da su “encargo” a los apóstoles. Con frecuencia lo hemos llamado el mandamiento nuevo, pero el sentido de las palabras que utiliza Jesús no es precisamente el de una orden sino el de un encargo, de un regalo precioso que se debe cuidar. El amor no se impone por mandatos o por leyes, sino brota del corazón: “el encargo” que Jesús les hace en esos momentos a sus discípulos es que se quieran entre si, como el mismo Jesús en aquel momento los estaba queriendo. Antes ya había expresado que el amor a Dios iba de la mano con el amor a los hermanos porque sólo amando a las personas se ama a Dios. Quien dice que ama a Dios y no ama a su hermano es un mentiroso. El amor a los otros es la única prueba de nuestro amor a Dios.
Test del amor
La piedra de toque para descubrir si nuestro amor es verdadero nos la ofrece Jesús al hacernos este “encargo”. Nos invita al amor pero como Él nos ha amado. Si contemplamos la vida de Jesús nos encontraremos que tiene una forma muy peculiar de amar. En primer lugar se hace igual a quien ama, se encarna para hacerse hombre en todo igual a quienes ama. Nosotros hacemos al revés: queremos que los que amamos se parezcan a nosotros, que cambien a nuestros gustos y caprichos, que no sean personas independientes: “Te quiero pero sólo que te parezcas a mí y cumplas mis caprichos y expectativas”. Cristo ama al pecador aunque éste no se ha convertido y hasta da la vida por él. Nosotros no amamos a los que no nos toman en cuenta. Es más, a personas que deberíamos amar como los hijos, padres, cónyuges, compañeros de trabajo, no los amamos si ellos no nos demuestran simpatía y consideración. Jesús ama buscando la verdadera felicidad del otro; cuando se acerca a alguien lo cura tanto interiormente como exteriormente, permite que el otro alcance plena felicidad. Nosotros amamos para que nos hagan felices, para nuestro gusto y placer, por eso cuando el otro ya no nos satisface lo abandonamos y lo dejamos de lado. Jesús ama hasta dar la vida por el otro. Cuando nosotros amamos hasta destruimos la vida de los otros, los hacemos dependientes de nosotros, queremos que estén a nuestra disposición. El amor de Jesús es abierto y universal, no se encierra. Quiere que todos participen de su amor. Nuestro amor acapara, es celoso y envidioso, se cierra y no se hace fecundo hacia los demás. Jesús sabe perdonar, nosotros guardamos rencores y buscamos revanchas… ¿Se parece nuestro amor al de Jesús?
Obras son amores
El amor que Jesús nos encarga es muy concreto, se realiza al contemplar el rostro del que sufre. Muchas veces hemos dicho que debemos amar al prójimo viendo en él el rostro de Jesús y esto puede ayudarnos, pero ciertamente será más exigente amar como Jesús amó. Al estar en una situación especial ante cualquier persona, tendríamos que hacernos la pregunta: ¿cómo ama Jesús a este hermano? ¿Cómo lo debo amar yo? Si queremos amar como Él nos amó, es necesario también descubrir desde su actuación el modo concreto de vivir el amor, frente a los hermanos y no solamente un amor romántico, ideal e impersonal. El amor se transforma en acciones concretas a favor de la persona amada o no es verdadero amor. Sólo así podremos construir los cielos nuevos y la tierra nueva que nos presenta el Apocalipsis en este día. En el amor construiremos una nueva sociedad.
Señor, Tú que nos has enseñado que en el amor al prójimo se sintetiza toda tu vida y tu doctrina, enséñanos a superar nuestros egoísmos y nuestro individualismo, abre nuestro corazón al hermano e impúlsanos a construir “los cielos nuevos y la tierra nueva” en medio de nosotros, prenda de la verdadera Jerusalén celestial. Amén.
